Varios jóvenes del instituto fueron a ver el partido que estaban disputando el Raimon y los Black Knights. El partido estaba siendo muy duro, los del Raimon casi no podían hacer nada, los jugadores no se podían levantar del suelo... Nikki, Clara y Andrea estaban sentadas en las gradas, sentían rabia, impotentes, por no poder hacer nada.
Cuando el partido acabó, habían aplastado a Raimon, era algo imposible de creer, pero así era.
Después de eso tuvieron la ceremonia de Apertura y al acabar, las tres chicas fueron al club de fútbol, allí solo estaba Haruna Otonashi, una mujer joven de cabello azul y ojos del mismo color, con unos lentes rojos. Nikki dio un paso al frente e hizo una reverencia.
-Quiero unirme al club de fútbol! Por favor!
-Yo también quiero unirme.
Clara y Nikki se sorprendieron al ver de quien eran aquellas palabras, nada mas y nada menos que de Andrea, la cual se mantenía tranquila, con los ojos cerrados y los brazos cruzados. Después de unos segundos sonrió.
-Yo también adoro el fútbol, sabéis? Y tengo muchas ganas de entrar en este equipo, asique vamos a esforzarnos, Nikki.
La mencionada asintió con la cabeza, estaba muy decidida. Haruna rió un poco al ver esa escena y después miró a la otra chica.
-Tu también quieres unirte?- Le preguntó sonriendo.
-Uh? Ha-hai! Demo.. No como jugadora, me preguntaba si.. podría ser gerente..- Respondió la castaña tímidamente.
-Claro que sí, justamente ahora necesitamos gerentes asique es un placer tenerte a nuestro lado.
-Sí, sin embargo las otras dos tendrán que hacer una prueba para entrar.- Dijo un hombre que acababa de entrar.
-Una.. prueba?- Preguntaron las dos chicas.
El hombre asintió con la cabeza pero un grupo de muchachos entraron también y se negaron.
-Entrenador, que está haciendo? Ya le ha dicho lo mismo a aquellos dos chicos de antes, el fútbol no está en condiciones, si sigue admitiendo a más personas solo servirá para que haya mas gente en peligro.- Dijo un chico castaño que llevaba el brazalete de Capitán.
-Y porque nosotras no podemos entrar en el equipo? Acaso es porque somos chicas?- Preguntó Andrea.
-Es que no entendéis lo que está sucediendo?! Iros y no volváis más por aquí.
-Pero nosotras..!- La castaña no pudo terminar la frase ya que un chico de cabello azul celeste le interrumpió.
-Vosotras no sabéis nada! Dejar de molestar e iros.
-Nosotras sabemos lo del maldito Sector V, pero nos gusta el fútbol, asique no nos vamos a ir!- Gritó la chica, molesta.
-Andrea tiene razón, no tienen derecho a quitarnos el fútbol que tanto nos gusta!- Esta vez fue Clara quien lo dijo, aunque ella no iba a jugar estaba de su parte, y por eso ella también estaba molesta.
-Eso no importa, ahora el futbol está controlado y el esfuerzo no sirve de nada!
-Shindou-kun, ya basta.- Dijo Otonashi preocupada. -Lo siento, chicas, como ya ha dicho el entrenador, mañana tendréis una prueba y ya veremos si entráis o no.
Nikki y Andrea asintieron y fueron hacia la puerta junto con Clara para irse ya a sus casas.
Antes de salir pasaron al lado de los chicos y Andrea les miró seriamente.
-Ya veras, haremos la prueba y entraremos al equipo, queráis o no.
Seguidamente salieron y emprendieron el camino hacia sus casas, al parecer vivían por la misma zona. La primera casa era la de Nikki, se despidió de las dos chicas y entró a su casa. Clara y Andrea siguieron caminando, la primera miraba al suelo, estaba algo preocupada. Andrea la miró y recordó algo, entonces decidió preguntarle.
-Oye, Clara, tu conoces al capitán del segundo equipo?
Ella la miró con cara curiosa y luego sonrió un poco.
-Sí. Ichino y yo somos amigos desde pequeños, íbamos al mismo colegio pero como él era mayor que yo, nos dividimos cuando se fue al instituto.
-Asique desde pequeños, eeh.. Y dime, te gusta?
-Eh? ..Quien? Ichino-kun?- Preguntó la chica confusa, a lo que Andrea asintió, y sonrió mas. -Que va. Él y yo solo somos amigos. Es como.. un hermano para mí.
-Ya veo. Y tu como creer que son verdaderamente los del equipo?
-Según Ichino todos son muy simpáticos y buenos jugando al fútbol. Creo que hoy no se han mostrado como realmente son, seguramente por lo sucedido de esta mañana.
-Sí, yo pienso lo mismo.
En un par de minutos llegaron a la casa de Andrea. Esta se despidió de Clara con un “hasta mañana” y la otra se fue rápidamente hacia su casa.
Andrea abrió la verja y se acercó a la puerta. Cogió las llaves y abrió, para luego entrar y subir a su habitación donde dejó su cartera.
Buscó por la casa pero al parecer no había nadie, aún no habían llegado sus padres. La castaña decidió ir a darse una ducha e irse a dormir pronto. Debía estar bien descansada para la prueba de mañana...
sábado, 17 de marzo de 2012
viernes, 16 de marzo de 2012
Chapter 1
Era primer día de instituto, para algunos nuevo, para otros no tanto. Algunos hablaban con sus antiguos amigos y compañeros, los que eran nuevos en ese instituto deseaban encontrarse con algún amigo de primaria o hacer amigos enseguida, la mayoría de ellos caminaban hacia la puerta, algo inseguros o tímidos.
El edificio era grande y parecía bastante nuevo, las flores de los cerezos adornaban el recinto y la brisa movía el cabellos de todos los alumnos que estaban emocionados pero lo que más llamaba la atención era el símbolo del instituto: un gran rayo, signo de la secundaria Raimon.
Una chica rubia de ojos marrones entró al recinto del instituto ilusionada, lo miraba sin saltarse el mínimo detalle. Como aún le quedaban unos minutos empezó a recorrer el sitio, nuevo para ella.
-¡Por fin estoy aquí!- Dijo emocionada mientras caminaba y miraba a los lados.
Parecía que buscaba algo y así era, había estado esperando que llegara ese día y ahora que estaba allí no se lo podía creer.
Cuando encontró lo que estaba buscando se quedó maravillada, mirando el edificio del club fútbol, aunque no solo ella. Muy cerca suyo, otra chica estaba igual, se le notaba en la mirada, tenia un gran brillo en los ojos. Era alta, de cabello castaño, con unos lazos rosas y ojos marrones.
-Impresionante!- Gritaron ambas chicas -Oh?- Se miraron, sonrieron de oreja a oreja y se acercaron la una a la otra.
-Te gusta el fútbol?- Preguntó la castaña emocionada.
-Sí, mucho! Y a ti también, verdad?
-Hai!- Asintió ella. -Pero no soy muy buena, me gustaría ser gerente, soy una chica bastante eficiente- Añadió la chica con un pequeño sonrojo en sus mejillas.
-Ya veo, pero lo que cuenta es el esfuerzo, aunque estaré encantada de que tu seas la gerente del club de fútbol, yo estoy decidida a entrar en él, sí o sí!- Dijo ella con seguridad, haciendo que la otra riera un poco.
-Seguro que entras! Te daré todo mi apoyo! Por cierto, me llamo Clara, un placer.- Dijo extendiéndole la mano.
-Encantada, yo soy Nikki, para servirte.- Dijo aceptando el apretón de manos, e hizo que la chica volviera a reír ligeramente. -Y a que clase vas?
-Primer grado, clase 2, y tu?
-También!- Respondió emocionada.
Seguidamente el timbre sonó y las dos chicas se fueron corriendo hacia su clase. Al entrar el profesor les fulminó con la mirada.
-Señoritas, el primer día y ya llegan tarde?
-Lo sentimos mucho!- Se disculparon ellas haciendo una reverencia.
-No se preocupe señor, estaban conmigo en la sala de profesores, nos llamaron para aclarar unos asuntos.- Habló tranquilamente una chica que acababa de entrar en el salón de clases.
-Ah, entonces está bien. Ya que están aquí, preséntense y luego vayan a sentarse.
Las tres chicas asintieron y se colocaron en linea horizontal. La primera en presentarse fue la “salvadora” de las fanáticas de fútbol. Era una hermosa muchacha de pelo castaño largo y sus ojos de color marrón verdoso.
-Mi nombre es Andrea, un placer.
Seguidamente se presentó la castaña, sonriendo tímidamente.
-Me llamo Clara, estoy encantada de estar aquí.
Finalmente, la rubia dio un paso al frente y se llevó la mano a la frente, como los saludos de marineros, mientras guiñaba un ojo.
-Y yo soy Nikki, encantada de conoceros!
Las tres se fueron a sentar a la ultima fila. La clase se les hacia interminable, pensaban que no iba a acabar nunca, Clara y Nikki estaban desesperadas por ir al club de fútbol. Cuando el timbre sonó, se dirigieron al campo de fútbol, acompañadas de su nueva amiga Andrea. Sin embargo, se llevaron una sorpresa. El equipo de fútbol, al parecer el de nivel mas bajo, estaba.. destrozado. Los muchachos estaban rendidos en el suelo. Solo había un chico que estaba en pie, y no llevaba el equipo de fútbol, vestía unas prendas violetas, y que al parecer, era el responsable de aquello.
-¿Que ha pasado aquí?!- Gritó Andrea.
-I.. Ichino?!- Exclamó Clara, corriendo al campo y acercándose al chico que estaba tendido en el suelo al lado del muchacho de prendas violetas.
Le abrazó sollozando, mientras repetía su nombre varias veces. El chico estaba demasiado cansado como para corresponder al abrazo, pero sonrío a la castaña y le dijo que no se preocupara.
Nikki se acercó a ella y miró seriamente al chico que estaba de pie. Tenia el pelo azul oscuro y los ojos de color ámbar.
-Tu eres el responsable de todo esto, verdad?!
El chico rió un poco y afirmó:
-Así es, que pasa? En este equipo no hay más que débiles, para que van a seguir jugando fútbol? No vale la pena, por eso les he destrozado.
-Como?!
La chica ya no podía más, la sonrisa arrogante del joven le ponía de los nervios. El ambiente se había vuelto más tenso...
El edificio era grande y parecía bastante nuevo, las flores de los cerezos adornaban el recinto y la brisa movía el cabellos de todos los alumnos que estaban emocionados pero lo que más llamaba la atención era el símbolo del instituto: un gran rayo, signo de la secundaria Raimon.
Una chica rubia de ojos marrones entró al recinto del instituto ilusionada, lo miraba sin saltarse el mínimo detalle. Como aún le quedaban unos minutos empezó a recorrer el sitio, nuevo para ella.
-¡Por fin estoy aquí!- Dijo emocionada mientras caminaba y miraba a los lados.
Parecía que buscaba algo y así era, había estado esperando que llegara ese día y ahora que estaba allí no se lo podía creer.
Cuando encontró lo que estaba buscando se quedó maravillada, mirando el edificio del club fútbol, aunque no solo ella. Muy cerca suyo, otra chica estaba igual, se le notaba en la mirada, tenia un gran brillo en los ojos. Era alta, de cabello castaño, con unos lazos rosas y ojos marrones.
-Impresionante!- Gritaron ambas chicas -Oh?- Se miraron, sonrieron de oreja a oreja y se acercaron la una a la otra.
-Te gusta el fútbol?- Preguntó la castaña emocionada.
-Sí, mucho! Y a ti también, verdad?
-Hai!- Asintió ella. -Pero no soy muy buena, me gustaría ser gerente, soy una chica bastante eficiente- Añadió la chica con un pequeño sonrojo en sus mejillas.
-Ya veo, pero lo que cuenta es el esfuerzo, aunque estaré encantada de que tu seas la gerente del club de fútbol, yo estoy decidida a entrar en él, sí o sí!- Dijo ella con seguridad, haciendo que la otra riera un poco.
-Seguro que entras! Te daré todo mi apoyo! Por cierto, me llamo Clara, un placer.- Dijo extendiéndole la mano.
-Encantada, yo soy Nikki, para servirte.- Dijo aceptando el apretón de manos, e hizo que la chica volviera a reír ligeramente. -Y a que clase vas?
-Primer grado, clase 2, y tu?
-También!- Respondió emocionada.
Seguidamente el timbre sonó y las dos chicas se fueron corriendo hacia su clase. Al entrar el profesor les fulminó con la mirada.
-Señoritas, el primer día y ya llegan tarde?
-Lo sentimos mucho!- Se disculparon ellas haciendo una reverencia.
-No se preocupe señor, estaban conmigo en la sala de profesores, nos llamaron para aclarar unos asuntos.- Habló tranquilamente una chica que acababa de entrar en el salón de clases.
-Ah, entonces está bien. Ya que están aquí, preséntense y luego vayan a sentarse.
Las tres chicas asintieron y se colocaron en linea horizontal. La primera en presentarse fue la “salvadora” de las fanáticas de fútbol. Era una hermosa muchacha de pelo castaño largo y sus ojos de color marrón verdoso.
-Mi nombre es Andrea, un placer.
Seguidamente se presentó la castaña, sonriendo tímidamente.
-Me llamo Clara, estoy encantada de estar aquí.
Finalmente, la rubia dio un paso al frente y se llevó la mano a la frente, como los saludos de marineros, mientras guiñaba un ojo.
-Y yo soy Nikki, encantada de conoceros!
Las tres se fueron a sentar a la ultima fila. La clase se les hacia interminable, pensaban que no iba a acabar nunca, Clara y Nikki estaban desesperadas por ir al club de fútbol. Cuando el timbre sonó, se dirigieron al campo de fútbol, acompañadas de su nueva amiga Andrea. Sin embargo, se llevaron una sorpresa. El equipo de fútbol, al parecer el de nivel mas bajo, estaba.. destrozado. Los muchachos estaban rendidos en el suelo. Solo había un chico que estaba en pie, y no llevaba el equipo de fútbol, vestía unas prendas violetas, y que al parecer, era el responsable de aquello.
-¿Que ha pasado aquí?!- Gritó Andrea.
-I.. Ichino?!- Exclamó Clara, corriendo al campo y acercándose al chico que estaba tendido en el suelo al lado del muchacho de prendas violetas.
Le abrazó sollozando, mientras repetía su nombre varias veces. El chico estaba demasiado cansado como para corresponder al abrazo, pero sonrío a la castaña y le dijo que no se preocupara.
Nikki se acercó a ella y miró seriamente al chico que estaba de pie. Tenia el pelo azul oscuro y los ojos de color ámbar.
-Tu eres el responsable de todo esto, verdad?!
El chico rió un poco y afirmó:
-Así es, que pasa? En este equipo no hay más que débiles, para que van a seguir jugando fútbol? No vale la pena, por eso les he destrozado.
-Como?!
La chica ya no podía más, la sonrisa arrogante del joven le ponía de los nervios. El ambiente se había vuelto más tenso...
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