Era primer día de instituto, para algunos nuevo, para otros no tanto. Algunos hablaban con sus antiguos amigos y compañeros, los que eran nuevos en ese instituto deseaban encontrarse con algún amigo de primaria o hacer amigos enseguida, la mayoría de ellos caminaban hacia la puerta, algo inseguros o tímidos.
El edificio era grande y parecía bastante nuevo, las flores de los cerezos adornaban el recinto y la brisa movía el cabellos de todos los alumnos que estaban emocionados pero lo que más llamaba la atención era el símbolo del instituto: un gran rayo, signo de la secundaria Raimon.
Una chica rubia de ojos marrones entró al recinto del instituto ilusionada, lo miraba sin saltarse el mínimo detalle. Como aún le quedaban unos minutos empezó a recorrer el sitio, nuevo para ella.
-¡Por fin estoy aquí!- Dijo emocionada mientras caminaba y miraba a los lados.
Parecía que buscaba algo y así era, había estado esperando que llegara ese día y ahora que estaba allí no se lo podía creer.
Cuando encontró lo que estaba buscando se quedó maravillada, mirando el edificio del club fútbol, aunque no solo ella. Muy cerca suyo, otra chica estaba igual, se le notaba en la mirada, tenia un gran brillo en los ojos. Era alta, de cabello castaño, con unos lazos rosas y ojos marrones.
-Impresionante!- Gritaron ambas chicas -Oh?- Se miraron, sonrieron de oreja a oreja y se acercaron la una a la otra.
-Te gusta el fútbol?- Preguntó la castaña emocionada.
-Sí, mucho! Y a ti también, verdad?
-Hai!- Asintió ella. -Pero no soy muy buena, me gustaría ser gerente, soy una chica bastante eficiente- Añadió la chica con un pequeño sonrojo en sus mejillas.
-Ya veo, pero lo que cuenta es el esfuerzo, aunque estaré encantada de que tu seas la gerente del club de fútbol, yo estoy decidida a entrar en él, sí o sí!- Dijo ella con seguridad, haciendo que la otra riera un poco.
-Seguro que entras! Te daré todo mi apoyo! Por cierto, me llamo Clara, un placer.- Dijo extendiéndole la mano.
-Encantada, yo soy Nikki, para servirte.- Dijo aceptando el apretón de manos, e hizo que la chica volviera a reír ligeramente. -Y a que clase vas?
-Primer grado, clase 2, y tu?
-También!- Respondió emocionada.
Seguidamente el timbre sonó y las dos chicas se fueron corriendo hacia su clase. Al entrar el profesor les fulminó con la mirada.
-Señoritas, el primer día y ya llegan tarde?
-Lo sentimos mucho!- Se disculparon ellas haciendo una reverencia.
-No se preocupe señor, estaban conmigo en la sala de profesores, nos llamaron para aclarar unos asuntos.- Habló tranquilamente una chica que acababa de entrar en el salón de clases.
-Ah, entonces está bien. Ya que están aquí, preséntense y luego vayan a sentarse.
Las tres chicas asintieron y se colocaron en linea horizontal. La primera en presentarse fue la “salvadora” de las fanáticas de fútbol. Era una hermosa muchacha de pelo castaño largo y sus ojos de color marrón verdoso.
-Mi nombre es Andrea, un placer.
Seguidamente se presentó la castaña, sonriendo tímidamente.
-Me llamo Clara, estoy encantada de estar aquí.
Finalmente, la rubia dio un paso al frente y se llevó la mano a la frente, como los saludos de marineros, mientras guiñaba un ojo.
-Y yo soy Nikki, encantada de conoceros!
Las tres se fueron a sentar a la ultima fila. La clase se les hacia interminable, pensaban que no iba a acabar nunca, Clara y Nikki estaban desesperadas por ir al club de fútbol. Cuando el timbre sonó, se dirigieron al campo de fútbol, acompañadas de su nueva amiga Andrea. Sin embargo, se llevaron una sorpresa. El equipo de fútbol, al parecer el de nivel mas bajo, estaba.. destrozado. Los muchachos estaban rendidos en el suelo. Solo había un chico que estaba en pie, y no llevaba el equipo de fútbol, vestía unas prendas violetas, y que al parecer, era el responsable de aquello.
-¿Que ha pasado aquí?!- Gritó Andrea.
-I.. Ichino?!- Exclamó Clara, corriendo al campo y acercándose al chico que estaba tendido en el suelo al lado del muchacho de prendas violetas.
Le abrazó sollozando, mientras repetía su nombre varias veces. El chico estaba demasiado cansado como para corresponder al abrazo, pero sonrío a la castaña y le dijo que no se preocupara.
Nikki se acercó a ella y miró seriamente al chico que estaba de pie. Tenia el pelo azul oscuro y los ojos de color ámbar.
-Tu eres el responsable de todo esto, verdad?!
El chico rió un poco y afirmó:
-Así es, que pasa? En este equipo no hay más que débiles, para que van a seguir jugando fútbol? No vale la pena, por eso les he destrozado.
-Como?!
La chica ya no podía más, la sonrisa arrogante del joven le ponía de los nervios. El ambiente se había vuelto más tenso...
que guaaaaaaaaaaaaaaaaay:) ahahaha Te sigo!!
ResponderEliminarcon que rapidez has escrito el primer capitulo xD está genial enserio!! y gracias por dejarme salir ^^
ResponderEliminarGracias a los dos^^ Y de nada guapa (: gracias a ti, sin vosotros mis historias no son interesantes :S ^^
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